Proyectos Especiales

Supermercado emprender

Un espacio real de aprendizaje, inclusión y sostenibilidad

El Supermercado Emprender es un establecimiento de comercio creado por la Fundación Esperanza Mariana como un espacio de práctica formativa, donde nuestros estudiantes aplican, en un entorno real, las habilidades adquiridas en sus procesos educativos.

Más que un supermercado, es una experiencia pedagógica inclusiva que promueve el desarrollo de competencias laborales y sociales fundamentales para la autonomía.

¿Cómo funciona?

Nuestros estudiantes participan en diferentes actividades según sus habilidades, distribuidos en grupos con tareas adaptadas a sus capacidades:

● Surtido de estantes.

● Etiquetado de productos.

● Atención al cliente.

● Manejo básico de caja.

● Revisión de fechas de vencimiento.

● Limpieza y aseo del local.

Mientras tanto, auxiliares administrativos y docentes se encargan de:

● Realizar pedidos a proveedores.

● Llevar la contabilidad y organización del negocio.

El modelo es circular: las ganancias se reinvierten en el funcionamiento del supermercado y pago de incentivo como subsidio de transporte Aunque aún no es autosostenible, recibe apoyo financiero de la Fundación, lo que nos permite seguir formando a nuestros estudiantes en un entorno real, digno y valioso.

Música con propósito. Talento que inspira

La Orquesta “Voces y Acordes de Luz” y la Tuna “Progresar” son agrupaciones musicales de la Fundación Esperanza Mariana que promueven la inclusión social, el desarrollo artístico y la participación activa de nuestra Población con discapacidad.

A través del canto, los instrumentos y la expresión escénica, fortalecemos habilidades como:

● Coordinación motriz.

● Memoria y concentración.

● Autoestima.

● Trabajo en equipo.

● Proyección escénica y cultural .

Estas agrupaciones no solo celebran el talento y la diversidad, sino que también conectan a la comunidad con una visión más humana y justa de la inclusión.

Un proyecto de autonomía, comunidad y emprendimiento

La Cooperativa de la Fundación Esperanza Mariana, conocida cariñosamente como el “hijo del supermercado”, es una tienda escolar con espíritu solidario, operada en gran parte por nuestros estudiantes.

Ubicada dentro del campus, funciona como cafetería y punto de venta, donde se ofrecen productos básicos, refrigerios y menús especiales. Es un espacio donde la formación para la vida y el trabajo se hace realidad todos los días.

¿Quiénes la hacen posible?

Nuestros estudiantes participan en diferentes actividades según sus habilidades, distribuidos en grupos con tareas adaptadas a sus capacidades:

Estudiantes: Son responsables del 80% de las operaciones: atención al cliente, manejo de inventario, organización del espacio y propuestas de menú.
Docentes y equipo de apoyo: Supervisan y acompañan la parte administrativa, asegurando que cada tarea sea una oportunidad de aprendizaje.

Además, en una hermosa muestra de colaboración, las mamás de la comunidad educativa son quienes proveen algunos alimentos preparados, fortaleciendo los lazos entre escuela, familia y proyecto productivo.

Esta cooperativa no solo enseña habilidades, sino que genera identidad, pertenencia y sostenibilidad local, mostrando cómo la inclusión puede ser productiva y transformadora.

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Sembrando habilidades, cultivando autonomía

El invernadero es uno de los proyectos clave de este año en la Fundación Esperanza Mariana. Su propósito es crear un espacio vivo donde nuestros estudiantes puedan aprender conceptos básicos de siembra y cultivo de alimentos orgánicos, conectándose con la tierra y con su capacidad de crear.

Más que una actividad, es un proyecto pedagógico que promueve:

● Responsabilidad y cuidado.

● Educación ambiental.

● Trabajo en equipo.

● Autoabastecimiento y sostenibilidad.

● Liderazgo y espiritu emprendedor.

Queremos que nuestros estudiantes se apropien del invernadero como suyo, por eso buscamos proveedores de semillas que no solo nos abastezcan, sino que también ofrezcan talleres prácticos y acompañamiento pedagógico para que los niños y jóvenes participen en cada etapa del proceso: desde la siembra hasta la cosecha.

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